viernes, 21 de junio de 2013

LAS CIFRAS DE LA VIOLENCIA

Una de cada tres mujeres ha sido victima de violencia, nueve de cada diez mueren en manos de su pareja. Estas alarmantes cifras no sólo conllevan consecuencias terribles para sus protagonistas sino también para la sociedad.


Los factores que causan la violencia varían; pueden ser los celos de pareja, discusiones por falta de dinero dentro del hogar, infidelidades, rupturas no deseadas o la obsesión por algún sentimiento no correspondido. En nuestro país los índices de violencia contra la mujer van en aumento.

La organización Mundial de la Salud realizó en el 2005 un estudio en diez países, encontrando al Perú en el primer lugar en cuanto a prevalencia de violencia física. Los  altos reportes de violencia se dan en los departamentos de Apurímac, Pasco y Cuzco.


EL IMPACTO ECONÓMICO

Las mujeres representan una gran fuerza laboral en el Perú y son ellas las que contribuyen con el 50% de la riqueza peruana. Son 200 mil mujeres las que se incorporan al mercado laboral al año y 4 de cada 10 trabajadoras peruanas han sufrido algún episodio de violencia por parte de su pareja.

FUENTE:entrevista con gerencias
Fuente: entrevista con gerencias




















Una mujer violentada no es una mujer feliz, por lo tanto no se desempeña con plenitud, dedicación y concentración en su ambiente laboral, “No podía trabajar porque estaba más preocupada en ocultar las marcas de mi rostro” declara Sandra Cárdenas, trabajadora de 28 años dedicada al rubro de atención al cliente. Se ha estudiado las consecuencias de la violencia contra la mujer desde diferentes perspectivas; sin embargo, recién en los años ochenta se da especial interés en las pérdidas económicas tanto en la mujer como al gobierno y a los negocios. Cada año en el Perú, producto de la violencia, las mujeres están dejando de trabajar más de 10 millones de días; el 60% de los casos por presentismo y el 40% por ausentismo.

Pero, ¿cómo es que una empresa llega a perder dinero por algo que parece ser propio del ámbito personal de su empleado?, afecta en múltiples sentidos, por ejemplo: genera costos productivos, disminuye el rendimiento del personal, el “presentismo” (capacidad laboral disminuida a pesar de la asistencia al centro de trabajo), pérdida de ganancias, genera costos de rotación de personal y de reentrenamiento. Ahora los empleadores comprenden que la violencia acarrea importantes costos al negocio disminuyendo su desarrollo.
Estos costos son asumidos en un 39% por las empresas, 28% por la sociedad, 18% por las víctimas y 15% por los victimarios.

MEDIDAS DEL EMPLEADOR

Que la violencia contra la mujer afecta sus negocios, es un hecho. Su preocupación ahora radica en  cumplir un rol protagónico en la atención de las victimas. Muchos empresarios han ido desarrollando mejores prácticas, políticas y metodología para que e combata la violencia.

No sólo se debe prestar especial atención a la mujer victima sino también al victimario que también usan los recursos laborales para atacar a sus victimas y también representan un costo pues entre el 42 y 51% ha perdido días laborales como resultado de su conducta violenta.

Fuente: Cuestionarios
¿Qué imagen puede reflejar una empresa con estos conflictos? A parte de la pérdida de dinero por entregas demoradas, insatisfacción de la clientela y pérdidas de negocios también se pone en juego la reputación de la empresa que es parte fundamental para crecer con sus relaciones. La secretaria Sandra Cárdenas cuenta al respecto: “El cliente que atendí se mostró tan indignado por las condiciones en las que me hacían trabajar al ver los moretones en mi brazo; sin embargo, el cliente no sabía que mi jefe no estaba enterado”.

SOLUCIONES

El gobierno Australiano ha tomado una iniciativa interesante, ha propuesto una guía laboral de políticas y procedimientos sobre la violencia que resume en 8 pasos la ayuda que puede brindar el empleador para actuar contra la violencia contra la mujer en las empresas. También se pueden crear alianzas con asociaciones que provean el servicio de visitas a los trabajadores con el objetivo de informar.

Otra alternativa es crear un equipo multidisciplinario para supervisar el proceso, desarrollar una política corporativa para atender los casos de violencia, proveer capacitaciones a toda la organización, concientizar y comprometer a los empleados en la creación de un ambiente laboral libre de violencia y ampliar la red de comunicaciones con la comunidad.


Si bien la ayuda es necesaria hay un tipo que es de vital importancia: la ley. En el Perú, se empezó en el año 2012 una importante iniciativa que invitaba al debate para accionar a las empresas contra la violencia ala mujer. “Empresa segura, libre de violencia contra la mujer” este sello tenía como objetivo fomentar en las instituciones una cultura de paz entre sus trabajadores e identificar el compromiso de las empresas en torno a la participación en acciones de apoyo para la prevención de la violencia contra las mujeres.


En conclusión, los costos empresariales por disminución de la productividad laboral causado por la violencia contra las mujeres supera los 6 millones al año, aproximadamente $3 406, 0 millones en mujeres victimas y $3 338,0 millones en hombres agresores. Cifras que empujan a tomar medidas efectivas desde ya e iniciar la concientización si no es por puro altruismo y sensibilidad reflejemos la violencia en cifras para sensibilizar por donde más pesa: el bolsillo.

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